jueves, 30 de abril de 2015

Vivan las feas


Por Julia Tacchino




“Vivan las feas”, el último estreno de la dramaturga Mariela Asensio, dirigida y protagonizada por ella misma, es un trabajo donde las mujeres tienen mucho para decir y lo expresan en clave revolucionaria, actualmente en cartel en el Teatro de la Comedia, en la Ciudad de Buenos Aires.

La obra presenta a cinco actrices en escena, una de ellas: la directora, quien aparece montada en una bicicleta fija y pedalea incesantemente durante cuarenta minutos; el resto de las intérpretes hablan por ella y “de ella”. La puesta es una catarsis psicoanalítica de Mariela Asensio por los temas y preocupaciones que la atraviesan como mujer, no sólo pone el cuerpo sobre el escenario sino que se expone íntima e infatigable.

Josefina, una joven veinteañera, presa de las redes sociales, la imagen y la presión de “estar buena”. Ana María, una ama de casa tradicional, que desea tirar los electrodomésticos por la ventana, Melina, la rebelde que se postula en contra de todo orden establecido, pero que, paradójicamente, está obsesionada por bajar kilos. Por último, una asistente de dirección que las fastidia permanentemente, las interrumpe y las invita a beber tragos. Realidad y ficción se mezclan y los personajes exponen sus contradicciones, todos atravesados por la cuestión del cuerpo y los estándares de belleza.


Una serie de confesiones femeninas, donde aparecen los deseos viriles y la pregunta por el Otro, una cultura del siglo XXI, en la que la mujer ya no es propiedad del hombre- sea padre o marido-, ya no tiene exclusivamente valor como madre o esposa, pero, sin embargo, continua siendo representada en distintos estereotipos, presa de clasificaciones que, en la mayoría de los casos, la subyugan.


Mujeres víctimas de los discursos sociales, madres o esposas, bobas, putas, locas, intentan no quedar atrapadas en ningún significante. Ser o no deseadas, ser valoradas por lo que piensan y sienten, no ser cosificadas, cuestiones que no sólo no han sido superadas, sino que constituyen una lucha política diaria.

“Vivan las feas” es una invitación a reflexionar sobre los mandatos sociales, a identificarse con ciertos lugares comunes y a liberarnos, por medio de la risa,  de aquello que nos duele o nos tortura y, ¿Por qué no?, empezar a creer en que “otra forma de quererse es posible”.



lunes, 20 de abril de 2015

El Territorio del poder




Por Julia Tacchino

Luego de recorrer todo el país, este mes llegó a Buenos Aires una perla del arte: el Territorio del poder, una obra que conjuga música, cine, poesía y teatro,  protagonizada por Leonardo Sbaraglia junto al músico y compositor Fernando Tarrés, con el acompañamiento del violinista Damián Bolotín y el contrabajista Jerónimo Carmona, en una puesta escénica basada en la obra de Michael Foucault.
Leonardo Sbaraglia da la bienvenida al show en un lenguaje coloquial y amistoso, para luego zambullirse en un viaje por distintas partes de la historia. Se  enlazan sucesos sociales, sin un orden cronológico, unidos por la obra de Foucault y la cuestión del poder. El actor encarna distintos personajes, un escritor sobreviviente de los campos de concentración, el médico que invento el electroshok en la Italia de mediados del siglo XX y un cronista en los tiempos de la Roma de Julio César.
Las tablas porteñas fueron testigo de esta magnifica obra que fusiona la música con el teatro, con textos creados por los mismos protagonistas, junto al fallecido sociólogo Juan Carlos Marin, narraciones que nos pasean por la inquisición, el holocausto, la guerra y el mundial del 78. 
El mundial del 78 aparece cómo uno de los momentos más emotivos.  El público se muestra conmovido en el instante en que el show muestra el gran festejo popular en medio de la tragedia de la desaparición de personas. Sbaraglia grita el gol de la victoria y por detrás las imágenes de época se proyectan sobre la pantalla, una algarabía que tiene como objetivo ocultar la mayor masacre perpetuada por un gobierno en nuestro país.
Durante el mes de mayo, se realizaron cuatro presentaciones en la sala Caras y Caretas del Centro Cultural de la Ciudad y una en la TV Pública. Si bien la obra no gozo de gran concurrencia, fue un espectáculo muy disfrutable, con  momentos de ira, emoción, risa y llanto.
El Territorio del Poder es una creación digna de ser vista, un relato sobre los mecanismos que operan socialmente. Invita a reflexionar, no sólo sobre lo pasado, sino también sobre el presente, no únicamente sobre los grandes acontecimientos, sino sobre los cotidianos y, en definitiva, sobre nosotros mismos: "El león es fuerte porque los otros animales son débiles. El león come la carne de otros porque los otros se dejan comer. El león no mata con las garras o con los colmillos. El león mata mirando".