lunes, 17 de agosto de 2015

El loco y la camisa

Por Julia Tacchino


El Loco y la Camisa cuenta la historia de una familia de clase media y bonaerense. Expone los conflictos existentes al interior del grupo de parentesco de un matrimonio y sus dos hijos. Actualmente en cartel en la Ciudad de Buenos Aires, en el teatro Picadero.
Un matrimonio desgastado, sumido en la rutina, una hija mayor que busca escaparse de la casa y encuentra en un incipiente novio la posibilidad de salida y, finalmente el hijo menor, Beto, “el loco”, un enfermo mental que aparece como síntoma de los problemas vinculares.  Su familia lo considera vergonzante y elije esconderlo, cuando en realidad lo que se está ocultando, o mejor dicho negando, es la situación de violencia, engaño  y desamor en la que viven el resto de los integrantes del hogar.  
Todos esconden “al loco”, al punto de querer suprimirlo, lo ocultan en una habitación, pero Beto se revela ante esa imposición,  sale del cuarto y comienza a hablar de lo que nadie se anima a decir. Beto representa una versión del bufón, aquel que en la Edad Media, en la sociedad aristocrática europea, tenía el papel de decir lo que nadie hablaba, era la institucionalización de la palabra irreflexiva. El bufón es el que, ante todo, proclama la verdad y se atreve a declamarla con una sinceridad imprudente.
En toda sociedad existen quienes no obedecen al sistema de cohesiones, aquellos que se escapan de la norma, de lo establecido, el loco es quien no obra conforme al sistema de códigos. Dentro de esta familia se necesita callar, negar aquello obvio que está sucediendo, y el loco es quien no cumple con la ley de silenciar lo que pasa y, entonces, comienza a decir todo lo que está prohibido.
La obra nos acerca a la problemática de la  violencia de género, doméstica, negada. Siempre hay sujetos que son marginales en una familia y en una sociedad que, a su vez, funcionan muchas veces como chivos expiatorios, como Beto, quien con la impunidad que le otorga su estado mental, se permite expresar desde la ingenuidad infantil temas graves, al punto de derrumbar el castillo que su familia se había construido.
El loco y la camisa pone en evidencia cuestiones sociales con las que todos nos enfrentamos, cuando las apariencias tapan una realidad imperfecta que hay que ocultar, cuando el preocuparse por esconder nos aleja de lo que somos y sentimos, y donde quien es considerado loco es el que actúa y vive más auténticamente la vida.