lunes, 20 de abril de 2015

El Territorio del poder




Por Julia Tacchino

Luego de recorrer todo el país, este mes llegó a Buenos Aires una perla del arte: el Territorio del poder, una obra que conjuga música, cine, poesía y teatro,  protagonizada por Leonardo Sbaraglia junto al músico y compositor Fernando Tarrés, con el acompañamiento del violinista Damián Bolotín y el contrabajista Jerónimo Carmona, en una puesta escénica basada en la obra de Michael Foucault.
Leonardo Sbaraglia da la bienvenida al show en un lenguaje coloquial y amistoso, para luego zambullirse en un viaje por distintas partes de la historia. Se  enlazan sucesos sociales, sin un orden cronológico, unidos por la obra de Foucault y la cuestión del poder. El actor encarna distintos personajes, un escritor sobreviviente de los campos de concentración, el médico que invento el electroshok en la Italia de mediados del siglo XX y un cronista en los tiempos de la Roma de Julio César.
Las tablas porteñas fueron testigo de esta magnifica obra que fusiona la música con el teatro, con textos creados por los mismos protagonistas, junto al fallecido sociólogo Juan Carlos Marin, narraciones que nos pasean por la inquisición, el holocausto, la guerra y el mundial del 78. 
El mundial del 78 aparece cómo uno de los momentos más emotivos.  El público se muestra conmovido en el instante en que el show muestra el gran festejo popular en medio de la tragedia de la desaparición de personas. Sbaraglia grita el gol de la victoria y por detrás las imágenes de época se proyectan sobre la pantalla, una algarabía que tiene como objetivo ocultar la mayor masacre perpetuada por un gobierno en nuestro país.
Durante el mes de mayo, se realizaron cuatro presentaciones en la sala Caras y Caretas del Centro Cultural de la Ciudad y una en la TV Pública. Si bien la obra no gozo de gran concurrencia, fue un espectáculo muy disfrutable, con  momentos de ira, emoción, risa y llanto.
El Territorio del Poder es una creación digna de ser vista, un relato sobre los mecanismos que operan socialmente. Invita a reflexionar, no sólo sobre lo pasado, sino también sobre el presente, no únicamente sobre los grandes acontecimientos, sino sobre los cotidianos y, en definitiva, sobre nosotros mismos: "El león es fuerte porque los otros animales son débiles. El león come la carne de otros porque los otros se dejan comer. El león no mata con las garras o con los colmillos. El león mata mirando".

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